miércoles, 21 de enero de 2009

martes, 25 de noviembre de 2008

jueves, 13 de noviembre de 2008

domingo, 9 de noviembre de 2008

Para mi cumple quiero.... Ray y Charles Eames

Ya pronto será mi cumpleaños y mis compañeros de Proyectos que son tan maravillosos, buenos amigos, encantadores y demás cumplidos seguro que se les pasa regalarme algo, os doy una idea:
La silla Eames.

Creo que conocereis la obra de Charles y Ray Eames, como seguro que existira algún despistaillo, os aconsejo que lo mireis, os doy unas pinceladas de trazo fino:

La casa de Charles Eames, construida con materiales industriales adquiridos en su totalidad de catálogos de ventas por correo. Una casa económica, liviana, que aprovecha los avances en la aeronáutica y la industria militar y aeroespacial para solucionar el problema técnico dentro de la poesía, como parte del experimento "Case Study Houses", promovido por una publicación norteamericana.
Quedan, pues, en esta casa modernísima, en manos de su anfitrión, un gran diseñador. Esta es la casa de los esposos Eames, en un texto fechado de 1944...

"Nos interesa la casa como un instrumento fundamental para vivir en nuestro tiempo; la casa como una solución a la necesidad humana de cobijo que sea contemporánea desde el punto de vista estructural; la casa que, sobre todo, se aproveche de las mejores técnicas de ingeniería de nuestra civilización altamente industrializada. Mientras otras actitudes presentan diversas posibilidades, este enfoque parece que es el que puede defenderse sin prejuicios como la solución moderna, lúcida y realista a las necesidades de vivienda.
La historia de la casa es demasiado obvia como para replanteársela. Sin embargo, lo que tratamos de decir es que AHORA se dan todas las circunstancias y condiciones necesarias para poder combatir el problema de la vivenda en serie a escala integral y global con posibilidades de éxito más que buenas.
Se ha estimado que, durante un período de diez años, se necesitarán un millón y medio de casas al año para mitigar el urgente problema de la vivienda en Estados Unidos. A causa de la guerra, como mínimo cincuenta millones de familias necesitarán alojamiento en todo mundo.
La enormidad de tal necesidad no puede ser parcialmente satisfecha ni por las técnicas de construcción que conocemos ni por las que hemos utilizado en el pasado. La industria a gran escala parece ser el único recurso lógico para lograr una empresa de tamaña proporción.
Se trata de una tarea que no esperará hasta que no decidamos si nos preocupa o no llevarla a cabo. Es un trabajo que debe acometerse si queremos poner orden al caos de la guerra, si queremos mantener y expandir cualquiera de los criterios con los ue medimos nuestra civilización.


Dada la enorme aceleración de la industria armamentista mundial, y partiendo de nuestra base industrializada, ahora sabemos que en lo que se refiere al diseño, a la ingeniería y a la producción de la casa, la realidad sólo aguarda al deseo. Esto es, el deseo acompañado de nuestra buena disposición para volver a estudiar, a definir y a ajustar algunas de nuestras actitudes obsoletas respecto al nivel de vida y a los recursos de distrubución. El único punto polémico consistiría en escoger entre las cosas tal como son y tal como han sido. Esperemos que el lúcido pensamiento realista se abra paso entre los obstáculos que ahora sabemos que no tienen una base real o válida a la hora de examinar el problema de la vivienda en serie de calidad producida industrialmente.

Hemos aceptado de muy buen grado los productos industriales cuando dichos productos han ampliado nuetra capacidad de realizar un trabajo de manera eficaz, pero hemos evitado deliberadamente una solución industrial global cuando su aplicación concernía a la casa en sí. Hasta este momento hemos contemplado la casa como un caparazón que hemos abarrotado de aparatos sofisticados, muchos de ellos buenos, demasiados de ellos malos. Todavía debemos encontrar una razón válida que explique por qué consturimos nuestras casas con criterios del pasado e ignoramos las técnicas del presente o la promea del futuro. Hemos insistido en que la casa se ajuste a patrones convencionales. Hemos restringido y limitado su uso como instrumento para vivir al forzarla en "estilos". Le hemos exigido injustificadamente que se ajuste a ecos de elegancia pasada a los que, como individuos, aspiramos o que admiramos. Le hemos pedido que se convierta en sostén de nuestro sentimentalismo, en bendición de nuestra vanidad, en medio con el que demostrar a nuestros vecinos que somos mejores, más ricos o más entendidos que ellos. En realidad hemos sometido la casa al tipo de capricho irreflexivo con el que aceptamos la última moda en sombreros.
Pensamos la casa - la base para el entorno que nos condiciona, el envoltorio que recubre las funciones más importantes de nuestra vida - más en términos de lujo que de sensatez, y pagamos por ello el vivir en medio de la obsolescencia, soportando toa una vida de hipotecas (de dinero, tiempo, salud y entorno) que forzosamente es un mal negocio.
Quizás es porque, entre otras cosas, nos hemos dejado condicionar a mirar con sospecha lo que se conoce como la era de la máquina - el temor a lo mecánico -, el temor a la lógica de la precisión; el temor a Frankenstein. El hombre dominado por la máquina ha sido durante años un terror filosófico, a pesar de que el hombre moderno, si en alguna medida es grande, sólo lo es por lo que ha conseguido gracias a la máquina que creó. Sólo ahora, en este nuestro mundo actual, nos vemos forzados a reconocer que la era de la máquina, de la industria y de la ciencia es la manifestación apremiante e inevitable de los hechos físicos de la existencia que nos posibilita abrirnos paso al futuro.
Ahora sabemos que sólo perdemos el control de lo que creamos si rechazamos responsabilizarnos de la dirección y la disciplina del USO de nuestras creaciones.
Ahora sabemos que el milagro de la industria bélica puede y debe formar parte del mundo en tiempos de paz, una realidad que ya no es posible negar; una fuerza apremienta que tiene un papel importante en la existencia de la vida moderna que ya hemos dejado de tener el privilegio de escoger si nos preocupamos o no de vivirla, porque, por la propia naturaleza del progreso, se ha convertido en parte de nosotros mismos y en el MEDIO por el cual vivimos los unos con los otros.
Debemos, pues, aceptar la máquina en la próxima era científica como algo con lo que vivir y no para lo que vivir.
La industria ha creado, literalmente, montañas de material bajo la presión de las condiciones de la guerra. No sólo la industria norteamericana, sino también la industria mundial, ha demostrado plenamente su capacidad para crear una abundancia de bienes para las necesidades humanas. Sin embargo, más esencial que este importante hecho es la creciente conciencia del hombre de su poder real gracias a la máquina. Su conocimiento absoluto no sólo de un potencial industrial, sino también del hecho consumado de una realidad industrial tan vasta y abrumadora que se convierte en el gran denominador común de la vida de toda la humanidad.

La verdadera producción en serie se ha ganado el respeto de todo el mndo porque ha sido capaz de poner en sus manos lar armas que han salvado vidas durante la guerra. Ahora el hombre sabe que la producción en serie adecuadamente dirigida y disciplinada no sólo salvará vidas, sino que también las liberará. El único hecho sobresaliente de nuestro tiempo es que esto puede hacerse. Ya no carecemos de medios. Ahora sólo se trata de dirigir nuestras voluntades e inteligencias hacia el uso apropiado de las montañas de materiales y tecnologías que están a nuestra disposición con el fin de resolver los problemas más acuciantes que conciernen al bienestar material de la humanidad.

No puede esperarse a que la ciencia funcione dentro de la industria si debe hacer concesiones en términos de minorías políticas, compromisos con el pasado o prejuicios respecto al futuro."
(Eames, Charles, ¿Qué es una casa? ¿Qué es el diseño? Gustavo Gili, Barcelona. 2007)





.....Bueno lo de mi cumple es una excusilla para que los conozcais, aunque no hago feos! jeje

Por cierto no se si lo que tengo en este blogg os es de ayuda o no, es mas creo que nadie se lo lee, ni de reojo, jeje... si me decis algo seguiré incluyendo cositas y si no os interesa pues lo dejare. Muchas gracias

Como la vida misma !


Las "chapas de Gehry" llegan a Springfield

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